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La cuarta semana del año la comencé en un hotel de Budapest sin comerlo ni beberlo y, además, siendo mi cumpleaños. No me esperaba un cumple así, en verdad tampoco tenía nada pensado, iba a ser un lunes normal y corriente, pero las circunstancias cambiaron.

Despertamos, desayunamos y nos fuimos al aeropuerto. A las 13:00 salía nuestro avión rumbo Estocolmo. Me hacía ilusión y todo...tengo ganas de visitar los países nórdicos y, aun que sabía que no iba a poder ver nada, estaba guay la idea de tener que ir.

Siempre me gusta hacer fotos durante los vuelos y ese pedazo de cielo azul con las nubes blancas abajo no iba a ser menos. Y sí, sé que está un poco torcida...

El atardecer tampoco podía perdérmelo. Me costó un montón que saliese algo el sol, pero ahí está.

Y sí!!! Pude ver algo de Suecia!! Si os soy sincera, para lo poco que ví, me encantó jajaja esos pinos con la nieve ganan mucho.

Hice esta foto para que veais como estaba la pista en Estocolmo y luego en Londres cierran con 4 copos!! También hay que decir que el asfalto de la pista era con rallitas. Para los que sois de Asturias, es como la Y.

Llegamos a Estocolmo!

En fin, nos desperramos en el aeropuerto y cogimos otro vuelo dirección a ¿casa? 

Una vez allí pudimos comprobar que había caído mucha nieve. La foto está sobreexpuesta pero supongo que os podéis hacer una idea de la buena nevada que había.

El resto de semana fue muuuy relajado. El lunes ya nos valió para todos los demás días. En realidad no, pero gracias a la cantidad de lluvia que cayó de sábado a domingo y toda la nieve que se derritió por ello, se inundó la carretera y no pudimos salir de aquí.
Estos malditos ingleses no están preparados para nada. Si llueve mucho habrá que solucionar los problemas, no dejarlos ahí.


Nos vemos en la quinta!